No más dudas

Tus dudas no tienen capacidad como para hacer nada. Todo lo
que pueden hacer es impedir que actúes. Tienes muchísima
más fuerza que cualquiera de ellas. La única manera en que
una duda puede detenerte es si tú se lo permites.

No hay necesidad de pelear con tus dudas. Simplemente puedes
decidir alejarte de ellas. Lo único que te ofrecen es una cierta y
conocida comodidad. Si estás dispuesto a desprenderte de eso,
no tendrás ninguna razón para mantenerlas vivas.

Una acción pequeña y efectiva resulta suficiente para empezar a
dejar atrás cualquier duda que pudieras tener. Ten presente que
una duda no es más que un pensamiento, y cuando tu experiencia
demuestre que estaba errado, esa duda rápidamente desaparecerá.

Las dudas pueden detenerte en seco, pero sólo si tú les permites
hacerlo. Pon manos a la obra, y las dudas desaparecerán.  


Gabriel Sandler