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17 de octubre de 2010
Haya la Luz !
El Creador dijo: ¡Haya Luz! Esa sola oración explica el poder de la Creación.
Pero también explica nuestra esencia. Dios dijo que haya Luz pero nosotros, porque queremos ganarnos lo que tenemos, dijimos entonces: ¡Que haya oscuridad también! para que podamos escoger y podamos convertirnos en creadores de nuestra propia vida, en directores de nuestras propias sinfonías.
Y cuando estamos frente a la Luz o la oscuridad, muy a menudo todos elegimos nuestro enojo, nuestros miedos, nuestras fallas.
En ese entonces, dijimos que necesitábamos la oscuridad para poder lograr algo. De alguna manera hemos olvidado que la razón por la que estamos en la oscuridad es para elegir la Luz. Si no vas de regreso a la fuente, a esa Luz, entonces permaneces en la oscuridad misma que elegiste aguantar en esta vida. Nada nunca va a llenar esa oscuridad, nada excepto la Luz.
Así que la tarea de esta semana es doble: Primero, date cuenta que nosotros pedimos esta oscuridad, la oscuridad específica con la que luchamos. Recuérdalo. Cuando parezca estar tragándonos, comprende que incluso la oscuridad es parte del plan. Entonces, elige la Luz. Es tan simple. Muchos de ustedes probablemente están pensando ahora que es muy simple. Pero recuerden, la primera parte que debemos reconocer es que sea cual sea la oscuridad en la que estoy ahora, yo la elegí..
Y si podemos ver la elección, quizá incluso tomar responsabilidad de esa elección, podemos elegir de nuevo. Y esta vez debemos elegir la Luz.
Si trabajas personalmente con un maestro del Centro de Kabbalah, habrás notado que los maestros son personas también. Las personas tienen problemas y los maestros tenemos problemas. Pero lo que nos mantiene en marcha, lo que nos permite ayudar a los estudiantes con su oscuridad, es que elegimos la Luz, y la elegimos diariamente, cada hora; algunas veces tenemos que elegirla a cada momento.
Y no tenemos que ser maestros para ayudar, enseñar, o guiar a otros hacia la Luz. Suele suceder lo opuesto: con frecuencia nuestros amigos y nuestra familia responden mejor cuando tenemos cosas en común con ellos.
Pero para ayudar a otros tenemos que estar en la Luz. Contactar, conectar, o como quieras llamarle.
Si atraviesas por una situación de enojo, y un amigo acude a ti con su propio problema de enojo, tú puedes ayudarle. Puede que incluso que lo supere antes que tú lo hagas.
Lo que nos ayuda a permanecer en la Luz lo suficiente es la Luz y nuestra conexión con ella. No tienes que ser perfecto para estudiar acerca de la Luz o compartirla. Sólo tienes que estar con la Luz y estar conectado con alguien que esté conectado.
Esta semana elige la Luz. Y si no sabes qué opción es Luz, pide esa orientación, de tu maestro, tu Poder Superior o de ti mismo.
Todo lo mejor,
Yehudá
Afinacion de la Conciencia de Kabbalah
Enero 2010