por Jennifer
Hoffman
La
energía Cristal es una impronta energética altamente empática y profundamente
espiritual, que ha pasado a la vanguardia con los adultos nacidos en los 50s y
60s y las generaciones más jóvenes nacidas después de 1976. Los primeros
Cristales introdujeron una forma altamente concentrada de la energía Cristal en
el planeta, preparándolo para los niños que vendrían después. La energía Cristal
es sensible, considerada, altamente intuitiva y muy conectada espiritualmente.
Esta energía no se integra bien en la tercera dimensión y tenerla puede ser una
carga, especialmente en un mundo que está tan enfocado en lo
material.
Los
Cristales son altamente empáticos, lo que los lleva a mantenerse fuera de la
corriente principal, ya que simplemente sienten demasiado. Mientras que los
Índigos son rebeldes y orientados a la acción, los Cristales son más tranquilos,
pacientes, y si bien no son tan agresivos como los Índigos, tampoco son menos
persistentes. Ellos prefieren actuar cuando sienten que la energía es adecuada
para ellos, en lugar de liderar el ataque. Los adultos Cristal iniciaron el
movimiento espiritual en los 70s y 80s, escribiendo sobre temas que nadie
conocía ni entendía, pero persistieron en sus esfuerzos, contentos de permanecer
en un segundo plano, sabiendo que con el tiempo, lo que antes se consideraba
‘raro’ sería común, como lo es hoy.
Los
Cristales están aquí para crear equilibrio espiritual, para enseñarnos cómo
integrar nuestros aspectos espirituales y materiales, para vivir en el cielo
estando en la tierra. Pero la creciente polaridad del proceso de ascensión ha
sido difícil para ellos y sienten que entraron en el espacio energético de la
Tierra mucho antes de que éste estuviera listo para ellos. Ellos se sienten más
cómodos en un ambiente altamente espiritual y acogedor y amable, y lo que
encontraron se siente cualquier cosa menos eso. Ellos pueden sentir que están
viviendo en dos mundos, el mundo apacible y seguro de su propia energía, y el
mundo exterior que sienten que no los entiende ni aprecia. Ser sensitivos
energéticamente puede crearles una falsa sensación de miedo, ya que a menudo no
saben cómo separar su energía de lo que ellos sienten que les rodea. Ser
sanadores naturales los lleva a precipitarse a sanar la energía, en lugar de dar
un paso atrás y aplicar energía sanadora a un nivel más alto en el que están más
cómodos.
Más que
otros, ellos sienten los poderosos cambios y liberaciones energéticas actuales,
y el miedo por el que muchas personas están pasando en este tiempo. Debido a que
son tan empáticos y tienen un potencial sanador tan fuerte, tienen que
esforzarse mucho para no integrar la negatividad que los rodea y tratar de
transmutarla ellos mismos, lo que puede crear depresión, ansiedad, malestar
físico y enfermedad, y desgaste energético.
Los
Cristales se sienten como almas viejas, sabias en temas espirituales, pero a
menudo infantiles cuando se trata de asuntos del mundo material. Su mayor
desafío en la vida es mantenerse arraigados, enfocados y dentro de su energía,
pero sin excluir al mundo y retirarse a su propio espacio energético seguro. Al
equilibrar su empatía con el desapego, establecer fuertes límites energéticos y
usar sus habilidades sanadoras desde un punto de empoderamiento y no como
mártires, ellos ofrecen soluciones a muchos de los problemas del mundo, y pueden
ayudar a otros a encontrar empoderamiento desde dentro de su propio centro
espiritual. Pero sin el desapego, fácilmente pueden perder su enfoque,
desarraigarse y flotar por la vida en una especie de limbo
energético.
Las
energías Cristal e Índigo trabajan juntas para ofrecer una solución completa
para el mundo, identificando desafíos y proporcionando alternativas
transformadoras. Dándosele tiempo, espacio y aliento, la energía Cristal
ilumina, apoya, guía y dirige una profunda transformación de la energía más
densa hacia sus más altas octavas. El mensaje Cristal enfatiza la sanación y el
amor incondicional, cuando pueden mantenerse enfocados en el valor de sus dones
y utilizarlos para edificar el mundo que los rodea. Sus dones residen en las
artes, la música, compartir información, enseñar, canalizar, la empatía,
compasión y sanación a nivel del alma. Fomentar la expresión de la energía
Cristal en sí mismos, en sus hijos y en otros, crea aperturas energéticas hacia
un mundo que está naciendo mientras el viejo mundo muere, para crear la poderosa
transformación del cielo en la tierra, haciendo énfasis en la empatía y
compasión, y buscando un equilibrio espiritual en un mundo enfocado en lo
material.
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por Jennifer Hoffman y Enlightening Life
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