El aura humana o campo energético es un ente luminoso que rodea el cuerpo físico y penetra en él, y está dividida en siete capas que se interpenetran y rodean mutuamente en capas sucesivas.
Los chakras son vórtices o conductores de energia que se encuentran dispersos por todo el cuerpo energético y tienen como función la transmisión y la recepción de la energía cósmica o universal, como así también una infinidad de energías menores que están en el ambiente, ya sean positivas o negativas.
Cada capa áurica tiene su propia función y está relacionada con un chakra especifico, de tal manera que la primera capa está asociada con el primer chakra, la segunda con el segundo chakra y asi sucesivamente. La primera capa y el primer chakra están relacionados con el funcionamiento del cuerpo físico y la sensación física, así como con el funcionamiento automatico y autónomo del cuerpo. La segunda capa y el segundo chakra están vinculados en general, con el aspecto emotivo. La tercera capa y el tercer chakra se relacionan con la vida mental o los pensamientos lineales. La cuarta capa y el cuarto chakra se corresponden con el amor y la capacidad de amar. La quinta capa se relaciona con la voluntad divina y el quinto chakra se asocia con la capacidad de la comunicación. La sexta capa y el sexto chakra se vinculan con el amor celestial. La séptima capa y el séptimo chakra guardan relación con el pensamiento elevado, el conocimiento y la integración de nuestra formación espiritual y física.
Existe una gran cantidad de chacras menores en el cuerpo humano, específicamente son 21 chacras menores. A medida que hemos ido evolucionamos, un nuevo chacra se está despertando en nosotros, es el denominado “chacra del timo”.
La función de los chakras es el intercambio de energía entre el campo energético humano y el campo energético universal, es decir, entre el ser humano y la energía del universo. Debido a que tanto los chakras menores como los mayores son aberturas por donde fluye la energía a y desde el aura, es importante “abrir” y aumentar nuestro flujo energético, ya que cuanta más energía dejemos fluir más sanos nos encontraremos. La enfermedad la provoca un desequilibrio de energía o un bloqueo del flujo energético. Dicho de otro modo, la falta de flujo en el sistema energético humano conduce a la enfermedad, además de deformar nuestras percepciones y sensaciones.
Cuando el funcionamiento de los chacras es normal, cada uno de ellos estará abierto, girando en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal (energía que también se ha llamado chi, prana u orgón). Cuando el chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia fuera, con lo que interfiere el metabolismo. Por tanto, se dice que el chakra está cerrado o bloqueado a las energías que llegan.
La mayoría de las personas tienen tres o cuatro chakras que giran en sentido contrario en un momento determinado. Como los chakras no sólo son metabolizadores de la energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si bloqueamos algún chakra, no dejamos que entre la información. Por tanto, cuando nuestros chakras fluyen en sentido contrario a las agujas del reloj, hacemos salir nuestra energía enviándola al mundo, detectamos la energía que hemos enviado y decimos que eso es el mundo. Es lo que en psicología se llama proyección.
Los chakras tienen tres funciones principales:
Revitalizar cada capa áurica y con ello, el cuerpo físico.
Desarrollar los distintos aspectos de la autoconsciencia.
Cada chakra está relacionado con una función psicológica especifica
Transmitir energía entre los niveles aurales.
La energía se transmite de una capa a la siguiente a través de pasajes situados en las puntas de los chakras.
La mayoría de las personas tienen sellados estos pasajes. Se abren como resultado del trabajo de purificación y, por lo tanto, los chakras se convierten en transmisores de energía de una capa a otra.
El chacra raíz situado en la base de la columna vertebral, su función es la supervivencia, el color que lo rige es el rojo.
El chacra sexual: situado en el bajo vientre. Su función es estar conectado con nuestra sexualidad y espiritualmente está conectado con nuestras fuerzas creativas y conduce hacia la satisfacción emocional. El color que lo rige es el anaranjado.
El Plexo solar o umbilical: está situado en la zona umbilical. Es la sede de las emociones y sensaciones. Su función es: desarrollar nuestra voluntad, nuestros logros personales que tengan que ver con actos solidarios, voluntad de servicio. El color que lo rige es el amarillo.
El chacra o plexo cardíaco: situado en el medio del pecho. Su función es la toma de conciencia de la relación alma/corazón. Está regido por el color verde.
El Timo: se encuentra ubicado en la parte superior del pecho. Su función es desarrollar sentimientos de compasión y de gran paz. Está regido por el color agua marina y nos permite la conexión con el mundo del alma.
El chacra laríngeo o chacra de la garganta. Su función es ayudar a comprender los principios divinos y las leyes cósmicas proporcionándonos calma, paz y serenidad. Su armonía está relacionada con la creatividad y la libertad de expresión, la comprensión y transmisión de la verdad captada en los planos superiores. Está regido por el color azul que es la concreción visible de la frecuencia del espíritu, es el color de la creatividad.
El chacra del tercer ojo: Ubicado en la frente. Su función es el desarrollo de la intuición, la clarividencia y los poderes extra sensoriales. Está regido por el color añil, el color de la introspección.
El chacra de la corona: Situado en el centro de la cabeza, la coronilla. Y su función tiene que ver con poder desarrollar la conciencia cósmica y la conexión con la sabiduría superior. Está regido por el color púrpura.
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